La huelga feminista del pasado 8 de marzo puso de relieve muchas exigencias de igualdad entre el hombre y la mujer. Una de ellas, la “discriminación salarial por el hecho de ser mujeres”. Pero, ¿a qué se denomina discriminación o brecha salarial? ¿Qué factores y valores se tienen en cuenta para medir esta brecha en España? El comparador financiero y de créditos con ASNEF WannaCash.es lo explica a continuación.

Teniendo en cuenta los últimos datos publicados por el INE, el salario anual bruto recibido por la mujer es un 22,9% menor que el de los hombres (cuatro puntos porcentuales menos que en 2012, y que sitúa a España como cuarto país de la UE con menor brecha salarial). Pero estos datos no son un fiel reflejo de la brecha real, puesto que, como las mujeres concentran el empleo a tiempo parcial y, por ello, trabajan menos horas que los hombres al cabo de un año, la brecha en la media de retribuciones anuales es siempre superior a la brecha en la media de remuneración por hora bruta (un dato más fiable para medir la desigualdad), y en la que en España se sitúa en el 14,9% según Eurostat.

En primer lugar, ¿es ilegal que exista una diferencia retributiva entre compañeros de trabajo de distinto sexo? Sí, puesto que este hecho está catalogado como una discriminación salarial directa y, por lo tanto, perseguida por la ley española.

Entonces ¿de dónde viene la diferencia? Aquí entra en juego la discriminación salarial indirecta que, teniendo en cuenta diversos factores, es la que provoca que a final de año las mujeres estén cobrando menos que los hombres.

Los factores que acentúan esta brecha salarial son muy variados, pero el más determinante, sin ninguna duda, son los complementos salariales. Es decir, un hombre y una mujer en la misma categoría profesional, por ley, tienen el mismo salario base, pero los complementos a ese sueldo inclinan la balanza a favor del trabajador.

Entre otras causas encontramos la mala clasificación de categorías laborales, ya que al comparar distintos sectores que realizan trabajos similares salen perdiendo aquellos más feminizados. Por ejemplo, los servicios de limpieza industrial -donde las trabajadoras son mayoría- no perciben el plus por toxicidad por contacto con productos químicos. En cambio, el personal de limpieza y recogida de basuras -donde predominan los trabajadores- sí cobra dicho complemento.

Otro aspecto a tener en cuenta es la disponibilidad, un factor cultural. Porque lo cierto es que de acuerdo al INE, el hombre pasa más tiempo en el trabajo fuera de casa que las mujeres, que de media dedican casi dos horas diarias más al trabajo en el hogar, el cuidado de los hijos, etc.

Además, aproximadamente el 90% de las excedencias por cuidado de hijos y de reducciones de jornada están solicitadas por mujeres. Un factor diferencial y causante, en gran medida, de la brecha salarial que existe en nuestro país.

¿Cómo se pretende solucionar esta problemática? De momento gobierno, patronal y sindicatos están negociando y, entre otras medidas, se habla de exigir a las empresas información salarial desagregadas por sexo y auditorías sobre brecha salarial en las empresas con más de 250 trabajadores.

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